domingo, 10 de junio de 2012


Creación y Cambio de Mentalidad

El cementerio fue inaugurado el 31 de mayo de 1808 siendo el primer cementerio del Perú y de todo América latina. La iniciativa de crear el cementerio la tuvo el rey de España Carlos IV, emitió una real cédula y el virrey Abascal se encargo de organizar su ejecución. Los que aportaron dinero para la construcción del cementerio fueron España, el cabildo de Lima y las familias más adineradas de la ciudad. Por otro lado, se organizaron corridas de toros para recaudar fondos.

El cementerio lleva el nombre de Presbítero Matías Maestro, sin embargo no fue el nombre original. Este cementerio comienza con el nombre “Cementerio General de Lima” o “Panteón General” o incluso “Panteón de las Maravillas”. A través de los años va a tener y se lo va a conocer por diferentes nombres. El nombre actual se debe a su creador. Un arquitecto llamado Matías Maestro que también era pintor y músico y venia de España. Por otro lado Presbítero viene ya que es un sinónimo de sacerdote y Matías Maestro era sacerdote. La construcción antes de la inauguración se le encarga a este señor y años después de su muerte en el siglo XIX en 1824. Nombran este cementerio en su honor como un homenaje.

La construcción del cementerio parte como una necesidad de la ciudad, ya que antes de la inauguración del cementerio los entierros se realizaban debajo de las iglesias y conventos. Esta forma de entierro trajo consecuencias muy malas para la ciudad, como por ejemplo malos olores y el brote de epidemias y enfermedades en la población. Esto se daba porque cuando las personas iban a las iglesias, tenían contacto con las bacterias de los muertos y contraían enfermedades como hongos en la piel, fiebre amarilla etc. Es por esto que se dictaminó la creación del cementerio afuera de la ciudad.

Esto significó un cambio de mentalidad ya que, según la iglesia y la sociedad, la única manera de que el alma de la persona llegue a Dios era enterrándolos debajo de las iglesias como ya fue mencionado antes. Cuando se inauguró este cementerio las personas seguían creyendo lo mismo, el cementerio no es una iglesia por lo tanto si entierro a alguien aquí nunca va a llegar a Dios Por eso al principio la gente se reusaba a enterrar a sus familiares. Tuvieron que cambiar la mentalidad y las costumbres de las personas, diciendo que el cementerio era un campo santo.

Al ser el cementerio una necesidad para la ciudad de lima, el cambio de mentalidad se volvió incluso en un cambio forzado que se realiza a comienzos del siglo XIX

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